Me gusta...probar nuevos sabores

miércoles, 15 de octubre de 2008

ME GUSTA

Me gusta la comida, toda y mejor en grandes cantidades, pero como tengo un enorme problema con las alergias mi dieta es bastante pobre en variedad. Es por esto que en cuanto tengo la mínima ocasión aprovecho para probar cosas nuevas, sobre todo en los restaurantes ya que mis cualidades culinarias están bastante limitadas, por dos razones:

  1. Mi novia. Me coarta a la hora de cocinar (cosa que hago raramente, todo hay que decirlo). Empiezo siguiendo la receta y se me van ocurriendo cosas que echarle al guiso...pero no me deja. Soy un Ferrán Adriá frustrado. Creo que el motivo por el que lo hace es por la segunda razón, que les doy a continuación.
  2. Mi falta de talento culinario. Solo les voy a decir una cosa. He llegado a quemar las palomitas de maíz en bolsa para microondas. Eso lo he conseguido yo solito, si. Ocurre que hay muchas veces que me distraigo con el vuelo de una mosca y lo que debería estar a fuego 15 minutos, puede estar 30, con toda la tranquilidad del mundo (sustituya vuelo de una mosca por televisión).

NO ME GUSTA

El año pasado, estando de vacaciones en Viena (hermosa ciudad), pasamos por la Rathausplatz, que en castellano viene a ser la plaza del ayuntamiento, nos encontramos con un festival de cine al aire libre. En los alrededores había casetas de distintos restaurantes de la ciudad. Decidimos quedarnos a comer y entre las distintas opciones yo elegí la mundialmente conocida comida iraní.

Elegí un plato que venía a ser una especie de taco mexicano con distintas verduras. Empecé a comer y estaba bueno. En un momento de contemplación gastronómica veo en el taco "algo" que tenía pinta de ser una guindilla del tamaño de mi nariz, pero mi (estropeado) instinto natural me hizo decidir que no podía ser. Decidí ser valiente igual que Errol Flynn en "Murieron con las botas puestas" y a punto estuve de morir con ellas ya que efectivamente esa verdura tenia el nombre de guindilla y de apellido picante, muy picante. Según mordí note en mi boca un calor excesivo que iba a mas, pero me negaba a quedarme sin comer por lo que no escupí la comida. El resultado fue que el calor siguió aumentando hasta tal punto que me provocó hipo. Mi novia se empezó a reír a carcajadas lo que a mi también me hizo reír y para rematar la faena como ultima consecuencia del picor me empezaron a caer lágrimas de mis hermosos ojos verdes.

La situación vista desde fuera era la de un pobre turista con la boca llena sudando, riéndose con la boca cerrada (o por lo menos se intentó) y con lágrimas en los ojos. Finalmente tome la valiente decisión de tragar para acabar con aquella agonía.

El resultado...es que no les puedo decir a que sabe la comida austriaca, ya que perdí el sentido del gusto durante el resto de las vacaciones.

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