ME GUSTA
En estos tres años que mi hija y yo compartimos casa (que es toda su vida y algo menos de la décima parte de la mía) Amaia ha desarrollado una afición por el dibujo que me llena de orgullo y satisfacción.
Mi hijo nunca desarrolló esa afición (yo la desarrollé a los 34, nunca es tarde). Para compensar, mi hijo tiene mi infinita paciencia de cinco segundos y la capacidad para aceptar todo lo que se dice con una sonrisa después de enfadarse y quejarse independientemente de cual sea el asunto. ¡Es fantástico que los hijos hereden el carácter de los padres!. Mi bendición y mi castigo es que mi hijo tenga exactamente mi mismo carácter. ¡Yujuuuu!
Vuelvo a mi hija y su afición por el dibujo. De un tiempo a esta parte mi hija ha empezado a hacer retratos. Igual que yo. Para los que no conozcan la historia esto tiene su origen aquí y algo más aquí. Resumiendo: Comencé a dibujar, como no tenía talento ni paciencia para dibujar cuerpos me especialice en retratos. Comenté que seguiría informando de mis progresos...no he informado...se imaginarán porque....efectivamente, porque no hay progresos. Sigo dibujando exactamente igual.
Yo hago retratos de gente famosa (a la que no conozco y por lo tanto hay menos posibilidades de que me expresen en persona su opinión sobre su retrato), mi hija también hace retratos de gente famosa. Como su mundo todavía esta en expansión y esta en edad de admirarme, la gente famosa soy yo, su hermano y su madre. Al igual que yo, mi hija tampoco dibuja mujeres por lo que hemos reducido su grupo a 2 personas.
En primer lugar les dejo el dibujo que hizo de su hermano:
¡Impresionante! Tiene más recursos que yo. El no saber dibujar cuerpos no es un obstáculo para no poner brazos y pies. Tomo nota.
Segundo retrato. El padre, o sea, yo:
¡Me ha clavado!...Pero analicemos ambos dibujos más en profundidad. (Sí. No tengo nada mejor que contar).
Como se puede apreciar en el dibujo yo soy algo más alto que mi hijo y aunque compartimos algunas semejanzas físicas bien visibles en los retratos, mi cara es más apepinada. Me encanta el detalle de que mi hija me haya dibujado una naricita pequeña. Mi nariz, es más....¿cómo decirlo?...es más....es más, en general. Parece ser que no me quería acomplejar.
NO ME GUSTA
Gracia al dibujo de mi hija he podido constatar que mis preocupaciones son reales. Como se puede ver, de pelo voy escaso y estoy un poquito fondón. Me preocupa enormenmente que una niña de tres años lo haya notado.
Lo de fondón ya no me preocupa tanto porque ahora a esto se le llama fofisano. ¡Y estamos de moda!...o eso dice alguna revista. El fofisano viene a ser el ciudadano medio con un poquito de tripita. Creo que lo de decir que estamos de moda se lo ha inventado uno que no quería ir al gimnasio porque ya llegaba tarde para los abdominales.
Esta muy bien quererse como uno es pero esta sociedad te obliga y por sociedad me refiero a mi novia que no hace más que mirar calzoncillos en cuya caja aparecen hombres con unos abdominales esculpidos en mármol por el mismisimo Miguel Angel. Mi novia dice que es porque me hacen falta calzoncillos, a mi me parece que lo que le gustan son las cajas.
¡Larga vida al fofisano que soy yo!
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