ME GUSTA
La vida esta llena de momentos en los que tus actos o intenciones nada tienen que ver con los resultados obtenidos. Hay dos de ellos que recuerdo a menudo.
El primer momento me vino a la memoria hace unos días cuando alguien me llamo tacaño. Yo no estoy de acuerdo con ello y se lo hubiera demostrado pero me iba a costar dinero y opte por dejarlo estar.
No sé si esta historia ya la he contado en el blog...pero bueno, si me repito en la vida real...¿no me voy a repetir aquí?. La historia trata de la primera vez que invite a mi novia a algo...esto ocurrió antes de estar saliendo...desde entonces ha llovido mucho...y más ultimamente. Estábamos en la época de universidad, mi economía era lamentable (y no ha mejorado desde entonces). Fuímos a tomar un café, le dije: "te invito yo". Estuvimos hablando un rato largo y después...no sólo la invite a ella, sino que me invite a mi mismo también ya que nos fuimos sin pagar. Bueno sin pagar me marche yo, ella estaba invitada. Prometo que fue sin darme cuenta. Días después íbamos a volver al mismo bar y estaba cerrado, parece ser que era una costumbre muy habitual...o eso quiero creer para aliviar mi conciencia.
La segunda historia ocurrió años después, cuando ya estábamos saliendo. Era sabado noche cuando se me ocurrió que le iba a llevar a un bar que a mi me gustaba mucho. ¿Por qué? Bueno...un rockero como yo no debería contar esto, pero era un bar en el que ponían música romántica italiana de los 70 y 80....el amor es lo que tiene...que nubla los sentidos. El caso es que iba yo diciéndole que era un sitio que le iba a gustar, con buen ambiente y agradable. El bar tenía una puerta oscura por lo que desde fuera no se veía el interior. El caso es que cuando abrimos la puerta, nos encontramos en....¡Jamaica!. ¡Qué cambio! Entre la niebla se distinguian cuatro personas todas ellas con los ojos rojos y muy cerrados. Al vernos entrar se asustaron y quedaron completamente descolocados...bueno eso no...estaban muy colocados. El caso es que como ya estábamos allí, nos sentamos en una bella silla de playa que tenían con su mesa a juego y pedimos una cerveza. ¿Qué pensaría mi novia?...hasta ahora no he tenido valor para preguntárselo.
El caso es que a pesar de que mi novia pensara de que era un fumeta tacaño....aquí seguimos 15 años después (año arriba, año abajo...son muchos para llevar la cuenta exacta).
NO ME GUSTA
La duda que me viene...y si mi novia me quería precisamente por que creía que era un fumeta tacaño...la pobre no habrá ido más que de decepción en decepción desde entonces.
A estas alturas creo que la garantía de nuestro amor ya ha pasado y no se admiten devoluciones, ni cambios...así que...a quererse se ha dicho. Es tarde para reclamaciones.
En el instituto tenía una profesora que definía el enamoramiento como el periodo de tiempo durante el cual dos personas se engañan mutuamente. Leído lo anterior...en mi caso es cierto...pero fue de manera accidental.
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