ME GUSTA
Cuando supe que íbamos a tener otro hijo, pensé..."Bueno ya con el primero esta todo aprendido". Dicho esto, la naturaleza tuvo a bien reírse de mi y me dio una hija completamente opuesta a mi primogénito. Así que lo que me ha tocado es estudiarla como persona única que es...y que me desconcierta...con mayor frecuencia de la que mi salud debería soportar.
Hay varias cosas que no entiendo de mi hija, pero hay una de la que compartimos la consecuencia pero no la solución.
A los dos nos gusta comer... bastante y bien. Mi hija tiene ahora 16 meses, cada vez que come la barriga se le duplica, esto es algo que compartimos como padre e hija. Pero lo que yo no consigo entender es como si a mi...(una jovencisima persona de 35 años)...cuando esto me ocurre, tengo que permanecer sentado hasta que la hinchazón baje y a ella no le afecta.
Una personita de16 meses es altamente inestable. Si a un cuerpo menudo le añadimos una cabeza grande en proporción, la dificultad para andar es alta. Pero si además le añadimos un cambio en el centro de gravedad como consecuencia del cambio de tamaño de la barriga, es prácticamente imposible que se mueva....pero ella lo hace como si tuviera más hambre y fuera a buscar más comida...cosa que suele hacer, ya que parece conservar ese instinto primario de cuando hay comida hay que comer para guardar por si vienen las vacas flacas.
Nota para mi hija por si lee esto: ¡ No es una critica, es admiración!
Nota para mi hija para dentro de unos años por si a pesar de la aclaración anterior sigue creyendo que esto es una crítica: ¡No me lleves al asilo, por favor!
NO ME GUSTA
Imagino que si ella puede y yo no será consecuencia de que me hago mayor y cuando esto ocurre se pierden cosas como la elasticidad, la ingenuidad y el pelo.
Aunque si he de decir algo que me tiene intrigado de mi hija, es lo previsora que es. ¿Eso es malo?- preguntarán...Bueno pues depende para que se use.
Cuando ella entra en una habitación, la estudia y decide el orden en el que va a tocar todos y cada uno de los objetos que no debe. Por lo que cuando se acerca al primero y le digo con autoridad de padre: "¡Amaia, no!". Ella acto seguido sin protestar y con autoridad de hija cambia de dirección, haciendo que su padre (servidor de ustedes) se relaje pensando que todo peligro ha pasado ya, para...inmediatamente, sin necesidad de pararse a pensar (ya que lo tenía todo planeado) dirigirse al segundo punto de interés no recomendado...nueva subida de tensión.
Así hasta completar el programa que ella había organizado desde un primer momento... Para mi esto es una montaña rusa de emociones con la que paso los ratos...en alerta...con los esfínteres apretados por la tensión.
Me gusta...estudiarla.
jueves, 23 de mayo de 2013
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