ME GUSTA
Cuando quiero hacer una cosa necesito de tiempo...de mucho tiempo.
Primero tengo que interiorizar el acto que voy a realizar; después, pensar en las pautas a seguir y por último inicio la acción. Este proceso puede llevar horas, días, semanas o meses...según lo complicado y las ganas que tenga.
Esta necesidad de tiempo viene dada por dos motivos:
1.- Las cosas me gustan bien hechas...y si pueden ser hechas por otra persona mejor... y para ello hay que pensarlas bien...muy bien...y después de pensadas...se vuelven a pensar otra vez más por si acaso.
2.-Soy vago...muy vago. Más que vago, lo que soy es de bioritmos lentos. Esto lleva a situaciones conflictivas como cuando mi mujer me pide que haga una cosa y yo le digo ahora la hago. El "ahora la hago" mío y el de mi mujer son dos medidas de tiempo completamente distintas...y casualmente el de ella es un espacio de tiempo más corto.
No es que no tenga intención de hacer lo que me piden...que si que hay (normalmente)....si no que primero me tengo que mentalizar para luego poder actuar.
Ya lo decía Einstein (...y si no lo decía, lo digo yo...) el tiempo es relativo.
NO ME GUSTA
El necesitar tanto tiempo para hacer una cosa a veces lleva aparejadas incomodidades, o resultados visuales feos.
Por ejemplo, cuando me tengo que cortar el pelo. Primero me tengo que dar cuenta de que necesito cortarme el pelo. Esto va seguido del pensamiento de que tengo que llamar a la peluquería....seguido de encontrar el momento y las ganas para realizar el acto. Continuamos con la llamada y la consecución de la cita en algún momento libre en mi apretada agenda.
Esto en algún momento me ha ocupado un mes...y que implica... pues que cuando empiezo a pensar en cortarme el pelo, lo tengo tan corto como la inteligencia de un concursante de Gran Hermano, y cuando consigo llegar a la peluquería...están a punto de nombrarme jefe de una manada de leones...despeinados.